miércoles, 26 de julio de 2017

NACIONALISMO

Entendemos por nacionalismo a aquella ideología que pone como centro de interés y atención a la nación. La nación es para esta corriente entendida no sólo como el espacio geográfico sino también, y especialmente, el conjunto de tradiciones, historias, elementos identitarios que forman el carácter y la idiosincracia de un pueblo determinado. El nacionalismo se basa en fuertes sentimientos de orgullo y amor por lo que se entiende como la "patria", pudiendo ser la misma un espacio muy pequeño o un territorio muy extenso.

Si bien el nacionalismo como sentimiento de defensa del territorio en el que uno vive puede rastrearse hace mucho tiempo en diferentes partes del mundo, cuando hablamos de nacionalismo como ideología o corriente de pensamiento debemos señalar fines del siglo XVIII y el siglo XIX como momentos de nacimiento del mismo. En gran parte el nacionalismo se tiende a vincular con los hechos ocurridos a partir de la Revolución Francesa de 1789, hecho histórico que despertó un claro clamor por la soberanía nacional del pueblo francés. Al mismo tiempo, con los avances militares de Napoléon sobre otros territorios de Europa, el nacionalismo también se convirtió en un importante fenómeno en territorios que buscaban defenderse de tales invasiones. En el caso de otras regiones como Estados Unidos y Latinoamérica, el nacionalismo tiene mucho que ver con los períodos de formación de los Estados nacionales y de la necesidad de armar una historia oficial significativa.



El nacionalismo se basa claramente en la idea de nación como entidad geopolítica, social y cultural superior a cualquier tipo de gobierno o Estado. No hay gobernante o representante político que sea superior a ella y es siempre ella la que debe ser respetada y glorificada en las gestas históricas, en las tradiciones, en los símbolos patrios. El nacionalismo parte obviamente de la definición geográfica de un territorio (que puede verse alterada a partir de guerras o conquistas que tienden a acrecentar ese sentimiento sobre los territorios perdidos), pero se construye especialmente en torno a la noción de la población que forma y formó parte de ese territorio. Así, el nacionalismo no sólo rescata el espacio geográfico sino la identidad que la población del mismo ha desarrollado a lo largo de la historia.

Es ahí donde el nacionalismo entra en una delgada línea entre el orgullo nacional y la xenofobia. Esto es así debido a que en numerosas situaciones, un fuerte nacionalismo que se basa en la valorización permanente de esa patria supone al mismo tiempo desprecio, miedo o violencia hacia todo aquello que caiga por fuera de esa idea nacional. Hoy en día, el nacionalismo es un fenómeno muy común debido a la importancia que ha tenido la globalización a nivel planetario, la cual supone la pérdida de fronteras y de culturas diferenciadas. El nacionalismo surge entonces en este sentido como una contrapropuesta.

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