miércoles, 5 de abril de 2017

LA REVOLUCIÓN GLORIOSA

LA REVOLUCIÓN GLORIOSA EN INGLATERRA
La revolución Gloriosa constituye el triunfo histórico del Parlamento inglés ante la Monarquía Absoluta.  Se desarrolla en el año de 1688 y 1689.
Dicha revolución es producto de un largo proceso, por tanto, es menester hacer una breve mención de cómo se llegó a ello.
La verdadera monarquía despótica en Inglaterra la fundaron los Tudor.  La última monarca de ellos fue la reina Isabel I quien no dejó hijos herederos, por lo que, le sucedió  el trono al rey de Escocia, Jacobo VI (primo de Isabel).  De esa forma inicia la época de los Estuardo.  Al nuevo monarca se le reconoció como Jacobo I y fue él quien impuso las ideas de la monarquía de origen divino (al haberlas tomado de Francia).
Jacobo I se convirtió en un rey despótico, y abusaba de su poder al cobrar impuestos que no habían sido aprobados por el parlamento.  El parlamento se  manifestó en contra, lo que llevó al monarca a disolverlo.
Después, el monarca retomó las ideas de ejercer una guerra contra de España para frenar el comercio (acción que la había llevado a cabo Isabel I).  No obstante, Jacobo I negoció alianzas matrimoniales con la corona española.  Eso provocó el malestar entre los protestantes que temían volver al sometimiento de las doctrinas católicas.  Por consiguiente, comienzan los movimientos de purificación de la Iglesia Anglicana desde su interior, impulsado por los puritanos; de esa acción sale otro grupo denominado separatistas que deseaban llevar su culto de forma diferente.
Para el monarca dichas acciones eran consideradas verdaderas amenazas, ya que no simpatizaban con la relación entre la iglesia y el Estado, razón por la que se les consideró traidores .  Eso dio origen a una etapa de privaciones hacia ellos, y privilegios para los católicos.
Al morir Jacobo I le heredó el trono a su hijo Carlos I (que compartía las ideas de su padre).  Durante el reinado de Carlos, Inglaterra tuvo una guerra contra Francia, y el rey se vio necesitado de obtener más dinero, por lo que acudió al Parlamento para que le dieran más del acostumbrado; al negarse el parlamento, Carlos comenzó a cobrar impuestos ilegales, vendía monopolios, etc.  Eso le costó la firma de la Petición de Derechos, que establecía que los impuestos no debían ser cobrados si el parlamento no los aprobaba.  Sin embargo, Carlos siguió con su vieja costumbre.
Se originó una guerra con los calvinistas, ya que el monarca había nombrado arzobispo de Canterbury a un sacerdote llamado: Guillermo Laud.  Dicho arzobispo provocó el conflicto al haber declarado los domingos días festivos e intentar someter a los presbiterianos escoceses al sistema episcopal.  El resultado fue la guerra.
Carlos acudió al Parlamento para poder hacer frente a los disturbios.  El Parlamento tomó protagonismo en el gobierno dictando algunas leyes como: el monarca no podía disolver el parlamento, anulación de la existencia de los impuestos de la tiranía de Carlos, etc.  No es de esperar que el rey ante tales circunstancias se revele; acompañado de la guardia penetra la Cámara de los Comunes, y, estalla el enfrentamiento entre los caballeros y cabezas redondas.
Los cabezas redondas ganan el enfrentamiento, y, el rey tuvo que rendirse; pero, tiempo después el monarca vuelve a reanudar la guerra, ya que se aprovechó de los conflictos en el parlamento.
Las disputas parlamentarias se dan porque los presbiterianos querían crear una monarquía con poderes limitados, y establecer la doctrina presbiteriana como religión oficial; por otro lado, los separatistas conocidos como independientes, se oponían a las disposiciones de los presbiterianos.
Con la reactivación de la guerra, el rey vuelve a ser derrotado.  Los independientes quedan al poder, y llevaron a cabo algunos cambios:
  • Expulsaron a los presbiterianos del parlamento.
  • En el Parlamento Rabadilla crean la Corte Suprema de Justicia.
  • Culpan al rey y lo decapitan.
  • Desaparece la monarquía.
  • Se establece la República oligárquica.
  • Cambios en el poder ejecutivo, al componerse por un Consejo de Estado.
Más sin embargo, dichos cambios no duraron mucho tiempo, por la razón de que el jefe de las cabezas redondas, Cromwell, llegó al poder con ayuda del ejercito y se convirtió en un dictador.  Fue declarado bajo la denominación de Lord protector vitalicio con puesto hereditario.
Los ingleses comenzaron a molestarse por la “monarquía” del lord protector.  De tal forma, surgen grupos que se manifestaban por derechos políticos e igualdad de privilegios para todas las clases (niveladores); otros que luchaban por igualdad económica (cavadores).
Con la muerte de Cromwell, el sucesor fue el hijo Ricardo.  El nuevo lord protector no tuvo mucha suerte, debido a que, tanto católicos como protestantes estaban cansados de esa tiranía, así que en  la reunión del Parlamento de 1660 vuelve a instalarse la monarquía con el príncipe Carlos II.
El nuevo monarca tenía que respetar al parlamento, la Petición de Derechos y la Carta Magna; comprometido de hacerlo Carlos II emprende el reinado haciendo obediencia de lo antes dispuesto.
Carlos II tuvo una tendencia de favoritismo al catolicismo, por supuesto, eso era concebido como burla ante el parlamento.  El sucesor de él fue el hermano Jacobo II, quien continuó con la misma actitud, pero de forma más grave al atreverse a violar leyes como la de conceder puestos públicos a católicos.  La oposición casi intolerante a tal situación, mantenían la calma esperanzados de que una de las hijas protestantes del rey se convirtiera en la reina.  No obstante, el rey se había casado por segunda vez con una católica, la cual, le dio un hijo.
A continuación, estalla la revolución en 1688.
Los opositores al verse intimidados con la sucesión de un rey católico, invitaron al príncipe de Holanda, Guillermo de Orange (esposo de una hija protestante del rey Jacobo II), para ser el nuevo monarca.  Ese acepto y se dirigió a Inglaterra.  Sin hacer uso de una sola bala; el príncipe de Holanda vence a Jacobo II quien huyó a Francia, y, el parlamento coronó a Guillermo de Orange y a María como los nuevos monarcas.
El nuevo monarca no podía cobrar impuestos sin la petición del parlamento, se incluyó la Declaración de Derechos como ley, el legislativo adquirió una posición más fuerte ante la corona, entre otras cosas.
La Revolución Gloriosa fue aquella que dio fin a la monarquía absoluta en Inglaterra y se convirtió en un ejemplo a seguir para la Revolución de las Trece Colonias y Revolución Francesa.  El triunfo del parlamento dio fin al despotismo inglés.
Mcnall, E. Civilizaciones de Occidente: su historia y su cultura. Buenos Aires: Ediciones Siglo Veinte.

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