domingo, 13 de agosto de 2017

POSICIÓN DE LA IGLESIA CATÓLICA FRENTE A LA CUESTIÓN OBRERA

El año 1891 el papa León XIII publicó la encíclica "Rerun Novarum", uno de los documentos pontificios más importantes en la historia de la Iglesia. Puede decirse que hay un antes y un después. Este documento es la toma de postura de la Iglesia ante la grave y acuciante "cuestión social", provocada por la revolución industrial y la introducción del sistema capitalista liberal, que había dejado en una situación de desamparo a amplios sectores de la sociedad, tanto obreros en las ciudades, como proletarios o pequeños propietarios del campo.
Desde otras opciones políticas;como el socialismo, anarquismo, la reacción fue relativamente rápida, tratando de mejorar y de dar respuestas, profundamente revolucionarias, a esos amplios sectores de la sociedad marginados y explotados, por una clase social burguesa, en cuyos planteamientos no había otro interés que el enriquecimiento.
La Iglesia católica fue a remolque de los acontecimientos, respondió cuando ya estaban muy extendidos los partidos políticos y sindicatos socialistas y anarquistas. En 1864 se celebró ya en Londres la Iª Internacional, fecha en la que la clase obrera europea habla ya de su emancipación frente al capital. 
Tanto el liberalismo como el socialismo abogaban por la secularizaciónde la sociedad, eliminando con ello el protagonismo que la Iglesia había mantenido hasta entonces. La Iglesia condenó estas ideologías, prueba de ello fue la política reaccionaria desarrollada durante el pontificado de Pío IX, radicalmente opuesto a los cambios que estaban aconteciendo.


Ante el imparable proceso de industrialización, el constante crecimiento de las masas obreras y de la conflictividad social, hubo católicos que criticaron la explotación a la que estaba siendo sometido el proletariado. Surgió de ese modo la denominada “doctrina social de la Iglesia”, condensada en una serie de documentos, entre los que cabe destacar la encíclica "Rerum novarum"(“De las cosas nuevas”), promulgada en 1891 por el Papa León XIII.
En ella se preconizaba un orden social basado en la justicia y la caridad, exhortando al Estado a socorrer a las clases más desfavorecidas y alentando el asociacionismo de los trabajadores y fórmulas de asistencia social.
La doctrina social de la Iglesia, sin embargo, no constituyó un corpus teórico en sí misma, sino que se expresó mediante una serie de consejosencaminados a ilustrar a los fieles sobre cómo afrontar los retos sociales y económicos del mundo moderno, desde los presupuestos de la fe cristiana.
Negó la existencia de la lucha de clases, tal y como preconizaba el marxismo, y propuso en su lugar la armonía, la convivencia y el diálogo entre patronos y obreros, exhortando a los primeros a mitigar la miseria de los segundos. De igual modo protegió la propiedad privada combatida por marxistas y anarquistas, considerándola como un instrumento al servicio del bien común.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario